Las protestas creativas en España - TIME


 Las protestas creativas en España:
Flash-mobs de Flamenco y Robin Hoods de supermercado

Las airadas manifestaciones son una cosa, pero los indignados españoles pisan fuerte con sus tacones de flamenco en los bancos y están atracando supermercados para repartir entre los pobres

Los funcionarios públicos sujetan banderas durante una protesta contra las medidas de austeridad del gobierno frente al Ministerio de Hacienda y Administración Pública del Ministerio en Madrid el 10 de agosto de 2012.
En una sofocante tarde de sábado, una pequeña multitud reunida en el barrio madrileño de La Latina pone en marcha un festival dedicado a uno de los patronos de la ciudad, la Virgen de la Paloma. En las próximas noches, habrá concursos de Paso doble, un montón de intestinos de oveja fritos a consumir en los puestos al aire libre y un montón de borrachos bailando a Shakira a las 2 de la mañana. Pero en esta ocasión,  en esta celebración de mayor inspiración política, la mayor atracción era una caseta de carnaval , llamada el Pim Pam Pum Indignado, donde la gente pagaba 50 céntimos por la posibilidad de lanzar una pelota a un blanco adornado con la caricatura del presidente Mariano Rajoy, Rodrigo Rato (quien fuera el presidente de Bankia, nazionalizada este mismo año a cambio de 21.000 millones de euros) y otros protagonistas de la crisis económica española. cuando  un joven con barba apuntó con cuidado y se desplomó a Angela Merkel, con la precisión de un misil, la multitud estalló en un alegre "¡Olé!"


Las protestas están en todas partes y en casi todas las formas en estos días en España. Desde que el gobierno español pidió en junio el rescate de la UE por los problemas de sus bancos, la creciente lista de medidas de austeridad (una reducción del 7% en la remuneración de los funcionarios públicos, un aumento en del IVA en bienes y servicios, la supresión de las subvenciones en la mayoría de los medicamentos, el alza de las tarifas de energía) ha impulsado una marea constante de manifestantes en las calles. La mayoría de estas protestas son de corear y agitar la pancarta, apenas pasa un día en Madrid sin algún tipo de marcha furiosa frente a un edificio del gobierno o por alguna calle principal. Pero a medida que la crisis desgasta a España y parece acercarse a un segundo rescate (debido al rápido aumento de su deuda soberana) surgen nuevas variedades de protesta. Al igual que el Pim Pam Pum Indignado, la crítica y la indignación se están convirtiendo en descaradamete creativas.


Nadie sabe el valor de un poco de dramatismo mejor que Juan Manuel Sánchez Gordillo, miembro del parlamento regional de Andalucía y el alcalde de Marinaleda, a 115 km de Sevilla. Gordillo es también uno de los líderes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), un sindicato compuesta principalmente por jornaleros agrícolas. Reviviendo una tradición que data del siglo 19, cerca de 1.000 miembros del SAT ocuparon una finca propiedad del ejercito español el 24 de julio y exigió que la tierra se redistribuyera entre los trabajadores de la zona. Cuando esta acción no consiguió demasiada atención, el SAT recurrió a otra táctica: los miembros entraron en dos supermercados y se marcharon sin pagar (aunque con un poco de forcejeo de la administración) con carritos cargados de productos básicos como leche, pasta y aceite de oliva . Más tarde se entregaron los bienes robados a la caridad.

"Hemos robado para dar a los pobres porque los ricos ya están robando", dice Sánchez Gordillo, "Esta crisis es un gran robo".

Sánchez Gordillo ha sido un activista político durante décadas. Después de años de sentadas y otras acciones, en 1991, él y su organización convencieron al gobierno regional de Andalucía para expropiar casi la mitad de una finca señorial en Marinaleda y transferirla al pueblo, cuyos 2.700 habitantes ahora cultivan colectivamente. Pero, dice, la situación ahora es peor que nunca desde la muerte de Francisco Franco, por lo que están garantizadas más medidas dramáticas. "La gente lo está perdiendo todo", dice. "Queríamos que las autoridades nacionales prestaran atención a lo que realmente está sucediendo."



Desde luego lo consiguieron. La policía arrestó a varios de los participantes en los robos y, el 10 de agosto, desalojaron la finca que el SAT había estado ocupando. Sin embargo, Sánchez Gordillo, quien dice que la acompaña atención mediática ha ayudado a dar a conocer la difícil situación de las familias medias en el sur de España, dice que su sindicato continuará con sus protestas poco ortodoxas. "Estamos planeando más acciones de supermercados", dice, "y tal vez ocupemos algunos bancos".

Para una manera eficaz de hacerlo, podría aprender de Flo6x8, un grupo con sede en Sevilla de artistas flamencos (el nombre proviene de una norma de ritmo flamenco), ha estado llevando a cabo flash-mobs con un toque decididamente crítico. En una sucursal Bankia no hace mucho, un hombre corpulento con gafas de sol estalló de repente con el canto característico de una bulería, una canción tradicional flamenca. Cuando las bailarinas pisaron el suelo con sus tacones, el cantante declaró: "Ustedes han bajado el sueldo y subido todo lo demás." Cuando llegó a las líneas finales de la canción ("Incluso si bajaras mis tipos de interés, Bankia,  ya no te querría más "), los clientes del banco, y hasta algún empleado aplaudieron concienzudamente.

"Es una forma de desobediencia civil", dice La Paca Monea (los artistas de Flo6x8 utilizan pseudónimos). "Vamos donde están los poderosos e invierten el orden de las cosas. Exigimos atención y decimos: 'Aquí estamos, con nuestros cuerpos para luchar contra el sistema financiero". Después de una actuación, Flo6x8, que espera montar una gira continental por los bancos europeos, sube los vídeos a YouTube y su propio sitio web. "Después de flash-mob de Bankia recibimos 600.000 visitantes en nuestro sitio", dice La Paca Monea. "La gente realmente respondió".

Esto mismo descubrió el humorista Fito Vásquez [sic] con su juego de carnaval Pim Pam Pum Indignado. Cuando dibujó las caricaturas que servirían como objetivos, eligió, dice, "las personas que más odiadas por su implicación con la crisis". Sin embargo, el nivel de intensidad de la gente en el juego le sorprendió incluso a él . "La gente estaba tirando las bolas con auténtica ira", dice, "algunos de ellos ni siquiera querían la cerveza que ganaba quien golpeara tres objetivos. Sólo querían una oportunidad de noquear a Merkel".